jueves, 16 de mayo de 2013

EL HOMBRE Y EL MÉTODO DE EVOLUCION ACTIVIDADES DE LA VIDA; MEMORIA Y CRECIMIENTO ANIMICO





CAPÍTULO III - EL HOMBRE Y EL MÉTODO DE EVOLUCION
ACTIVIDADES DE LA VIDA; MEMORIA Y CRECIMIENTO 
ANÍMICO

El estudio que hemos hecho de los siete Mundos o estados de materia nos ha mostrado que cada uno sirve para realizar un propósito definido en la economía de la Naturaleza y que Dios, el Gran Espíritu, en quien efectivamente y en "realidad vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser", es el Poder que compenetra y sustenta todo el Universo con Su Vida; pero en tanto que esa vida fluye y es inmanente en cada uno de los seis Mundos inferiores y todo lo contenido en ellos, en el séptimo, el más elevado, el Dios Trino solo ES.
El próximo reino superior, el sexto, es el de los Espíritus Virginales. Esas chispas de la "Llama" divina tienen aquí su ser, antes de que comiencen su larga peregrinación a través de los cinco Mundos más densos con el propósito de desarrollar las posibilidades latentes en poderes dinámicos. Así como la semilla desarrolla sus secretas fuerzas cuando es sembrada en la tierra, así esos espíritus puros se convertirán , a su tiempo, cuando hayan pasado a través de la materia (la escuela de la experiencia), en "Llamas" también, capaces de crear universos de sí mismas.
Los cinco Mundos constituyen el campo de la evolución humana, siendo los tres inferiores o más densos la escena de la presente fase de desarrollo. Consideraremos ahora al hombre en su relación con esos cinco mundos por medio de sus apropiados vehículos, recordando las dos grandes divisiones en las que se dividen dos de esos mundos, y que el hombre tiene un vehículo por cada una de esas divisiones.
En estado de vigilia esos vehículos están todos juntos. Se interpenetran unos a otros , así como se interpenetran la sangre, la linfa y los otros jugos del cuerpo. En esta forma el Ego puede actuar en el Mundo Físico.
Nosotros mismos, como Egos, funcionamos directamente en la sutil substancia de la Región del Pensamiento Abstracto, que hemos especializado dentro de la periferia de nuestra aura individual. De allí obtenemos las impresiones que nos produce el mundo externo sobre el cuerpo vital a través de los sentidos, junto con los sentimientos y emociones generados por ellas en el cuerpo de deseos y reflejadas en la mente.
De estas imágenes mentales formamos nuestras conclusiones en la Región del Pensamiento Abstracto, concernientes a los asuntos a que se refieren. Esas conclusiones son ideas. Por el Poder de la voluntad proyectamos las ideas a través de la mente, donde toma forma concreta como pensamiento-forma o imagen mental tomada de la Región del Pensamiento Concreto.
La mente es como los lentes proyectores de un estereoscopio. Proyecta la imagen en una de las tres direcciones, de acuerdo con la voluntad del pensador, la que anima al pensamiento-forma.
1ø Puede proyectarse contra el cuerpo de deseos con el fin de despertar el sentimiento que impela a la acción inmediata. a) Si el pensamiento produce Interés, se despertará una de las dos fuerzas gemelas: Atracción o Repulsión. Si la Atracción, la fuerza centrípeta se despierta, toma el pensamiento, lo impulsa hacia el cuerpo de deseos, presta vitalidad a la imagen y la envuelve en materia de deseos. Entonces el pensamiento puede obrar sobre el cerebro etérico e impulsar la fuerza vital hacia los apropiados centros cerebrales, nervios y músculos que ejecutarán la acción necesaria. En esta forma se gasta la fuerza del pensamiento y la imagen subsiste en el éter del cuerpo vital como memoria del acto y del sentimiento causado por él.
b) La Repulsión es la fuerza centrífuga, y si esta es despertada por el pensamiento, habrá una lucha entre la fuerza espiritual (la voluntad humana), dentro del pensamiento-forma y el cuerpo de deseos. Esa batalla es la que se entabla entre la conciencia y el deseo; entre la naturaleza superior y la inferior. La fuerza espiritual, a pesar de la resistencia, tratará de envolver el pensamiento-forma en la materia del cuerpo de deseos necesaria para manipular el cerebro y los músculos. La Fuerza de Repulsión tratará de dis- persar la materia apropiada y expulsarla del pensamiento. Si la energía espiritual es fuerte, puede abrirse camino hasta los centros cerebrales y mantener su envoltura de materia de deseos mientras manipula la fuerza vital, compeliéndola así a la acción, y entonces dejará sobre la memoria una impresión vívida de la batalla y de la victoria. Si la energía espiritual se gasta antes de que se haya producido el acto, será sobrepasada por la fuerza de Repulsión y será archivado en la memoria como todos los demás pensamientos- formas cuando han agotado su energía.
c) Si la forma de pensamiento produce el sentimiento neutral de indiferencia, depende de la energía espiritual contenida en aquella el compeler a la acción o dejar simplemente una impresión débil sobre el éter reflector del cuerpo vital, después de haber agotado su fuerza cinemática.
2) Cuando las imágenes mentales o los impactos del exterior no provocan una acción inmediata, entonces aquellas imágenes pueden proyectarse directamente sobre el éter Reflector, junto con los pensamientos originados por las mismas, para ser empleados en el futuro. El espíritu que trabaja a través de la mente tiene acceso instantáneo al archivo de la memoria consciente y puede resucitar en cualquier tiempo cualquiera de las imágenes que allí se encuentran, y vigorizarlas con nueva fuerza espiritual y proyectarlas contra el cuerpo de deseos compeliéndolo a la acción. Cada vez que tales imágenes se emplean, ganan en fuerza, eficiencia y nitidez, y compelerán a la acción en el sentido apropiado más eficientemente que en las ocasiones previas, porque abre canales en el cerebro, por así decirlo, y produce el fenómeno del crecimiento y vigorización del pensamiento por la repetición.
3) La tercera forma de emplear el pensamiento es cuando el pensador lo proyecta hacia otra mente para que actúe como sugestión para proporcionarle informaciones, etc., como en la telepatía, por ejemplo; o puede ser dirigido contra el cuerpo de deseos de otra persona para compelerla a la acción, como en el caso de un hipnotizador que influye sobre su víctima a distancia. Entonces obrará precisamente de la misma manera como si fuera el propio pensamiento de la víctima. Si está de acuerdo con la idiosincracia de ésta, obrará en la misma forma que en párrafo 1. Si es contrario a su naturaleza, obrará como se describió en el párrafo 1b o 1c.
Cuando el acto designado por esa forma de pensamiento ha sido realizado o se ha agotado su energía en vanas tentativas para realizar su objeto, gravita nuevamente en torno de su creador, llevando consigo el recuerdo indeleble de la jornada. Su éxito o fracaso se imprime en los átomos negativos del éter Reflector del cuerpo vital de su creador, donde forma esa parte de la memoria de la vida del pensador que se denomina algunas veces la mente subconsciente.
Este recuerdo es mucho más importante que la memoria a la que tenemos acceso consciente, porque esta última está formada por percepciones de los sentidos, imperfectas e ilusorias, y es la memoria voluntaria o consciente.
La memoria involuntaria o mente subconsciente se forma de otra manera, estando fuera de nuestro dominio actualmente. Así como el éter lleva a la placa sensible de la cámara oscura una impresión fidelísima del paisaje, hasta en sus menores detalles, sin tener en cuenta si el fotógrafo los ha observado o no, así también el éter contenido en el aire que inspiramos, lleva consigo una pintura fiel y detallada de todo nuestro alrededor. Y no solamente de las cosas materiales, sino también de las condiciones que existen en cada momento en nuestra aura. El más fugaz sentimiento, pensamiento y emoción se transmite a los pulmones, donde se inyecta en la sangre. La sangre es uno de los productos más elevados del cuerpo vital, porque es el vehículo que lleva el alimento a todas las partes del cuerpo y es también el vehículo directo del Ego. Las imágenes que contiene se imprimen sobre los átomos negativos del cuerpo vital, para servir como árbitros del destino del hombre en el estado postmortem.
La memoria (o la llamada mente), consciente y subconsciente, se refiere completamente a las experiencias de esta vida, y se compone de las impresiones de los acontecimientos archivados en el cuerpo vital. Dichas impresiones pueden ser modificadas o borradas, como se indica en la explicación referente al olvido de los pecados que se da un poco más adelante, cuyo cambio o exterminio depende de la eliminación de esas impresiones del éter del cuerpo vital.
Hay también una memoria supraconsciente. Es, por así decirlo, el archivo o almacén de todas las facultades adquiridas y conocimientos conseguidos en las vidas anteriores, aunque quizás latentes en la presente encarnación. Este recuerdo está grabada indeleblemente en el Espíritu de Vida. Se manifiesta ordinariamente, aunque no en toda su extensión, como la conciencia y el carácter que animan a todos los pensamientos-forma, algunas veces como consejero, otras compeliendo a la acción con irresistible fuerza y hasta contradiciendo a la razón y al deseo. En muchas mujeres, en las que el cuerpo vital es positivo, según hemos dicho, y en las personas avanzadas de cualquier sexo, cuyos cuerpos vitales se han sensibilizado por una vida pura y santa, por la oración y por la concentración, esta memoria supraconsciente, inherente al Espíritu de Vida, está ocasionalmente por encima de la necesidad de envolverse en materia mental o de deseos para compeler a la acción. No siempre necesita correr el riesgo de verse sujetada y hasta sometida por el proceso de razonamiento. Algunas veces, en forma de intuición o de enseñanza interna, se imprime directamente sobre el éter reflector del cuerpo vital. Cuanto más dispuestos nos encontremos para recoger y seguir dictados, tanto más a menudo hablará para nuestro eterno beneficio.
Por sus actividades durante las horas de vigilia el cuerpo de deseos y la mente están constantemente destruyendo el vehículo denso. Cada pensamiento, cada movimiento, destruye tejidos. Por otro lado, el cuerpo vital se dedica de lleno a restaurar la armonía y reconstruir lo que los otros vehículos están destruyendo. Sin embargo, no puede siempre contrabalencear completamente los estragos causados por los impulsos, sentimientos y pensamientos. Gradualmente va perdiendo terreno y por último llega un tiempo en que se paraliza. Sus "puntitos" se salen , por así decirlo. El fluido vital cesa de circular por los nervios en la cantidad necesaria; el cuerpo se hace pesado; el pensador se encuentra cohibido por su pesadez y se ve obligado a salir de él, llevándose el cuerpo de deseos consigo. Esta salida de los vehículos superiores deja al cuerpo denso interpenetrado por el cuerpo vital en el estado sin sentido que llamamos sueño.
El sueño, sin embargo, no es en manera alguna un estado inactivo, como se supone generalmente. Si así fuera no habría diferencia en el cuerpo al despertar por la mañana; su fatiga sería igualmente grande. Por el contrario, el sueño es un período de intensa actividad, y cuanto más intensa es ésta, tanto más grande es su valor, porque elimina los venenos resultantes de los tejidos destruidos por las actividades físicas y mentales del día. Los tejidos son así reconstruidos y el ritmo del cuerpo se restablece. Cuanto más perfectamente se realiza este trabajo, tanto mayor es el beneficio que el sueño aporta.
Diagrama 4A: Constitución Séptuple del hombre
El Mundo del Deseo es un océano de sabiduría y de armonía. A ese mundo lleva el Ego la mente y el cuerpo de deseos cuando los vehículos inferiores quedan dormidos. Allí el primer cuidado del Ego es la restauración del ritmo y armonía de la mente y del cuerpo de deseos. Esta restauración se realiza gradualmente conforme las armoniosas vibraciones del Mundo del Deseo fluyen a través de ellos. Hay una esencia en el Mundo del Deseo correspondiente al fluido vital que compenetra el cuerpo denso por medio del cuerpo vital. Los vehículos superiores, por decirlo así, se sumergen en ese elixir de vida. Cuando se han fortalecido comienzan a trabajar sobre el cuerpo vital que han dejado con el cuerpo denso dormido. Entonces el cuerpo vital empieza a especializar la energía solar de nuevo, reconstruyendo el cuerpo denso y empleando particularmente el éter químico como medio en ese proceso de restauración.
Esta actividad de los diferentes vehículos durante el sueño es la que forma las bases de la actividad a desplegarse en el día siguiente. Sin ello no habría despertar, pues el Ego se vio forzado a abandonar sus vehículos, porque la debilidad de éstos los hacía inútiles. Si el trabajo de remover esa fatiga no se hiciera, los cuerpos permanecerían dormidos, como ocurre generalmente en el "trance " natural. Debido precisamente a esa actividad armonizadora y recuperadora, es por lo que el sueño es mucho mejor que los doctores y las medicinas para preservar la salud. El simple descanso no es nada comparado con el sueño. Unicamente cuando los vehículos superiores están en el Mundo del Deseo es cuando se produce una suspensión total del desgaste y el flujo de fuerza restauradora. Si bien es cierto que durante el simple descanso el cuerpo vital no ve obstaculizado su trabajo por los tejidos que se rompen por el movimiento y la tensión muscular, todavía tiene que luchar con la energía devastante del pensamiento y no recibe la fuerza exterior recuperadora del cuerpo de deseos, como sucede en el sueño.
Ocurre , sin embargo, que el cuerpo de deseos no se sale del todo, así que una parte de el permanece con el cuerpo vital, el vehículo de la percepción sensorial y de la memoria.
Diagrama 5: Constitución Decuple Del Hombre
El resultado es que la restauración se realiza únicamente en parte y que las escenas y acciones del Mundo del Deseo llegan a la consciencia física como ensueños. Por supuesto, la mayoría de los ensueños son confusos porque el eje de la percepción esta torcido, debido a la relación impropia entre uno y otro cuerpo. La memoria es también confusa por la incongruente relación de los vehículos, y uno de los resultados de la fuerza restauradora en un sueño lleno de ensueños, es la fatiga y que el cuerpo se sienta muy cansado al despertar.
Durante la vida, el triple espíritu, el Ego, trabaja sobre y en el cuerpo triple, al que está conectado por la mente. Este trabajo trae al alma triple a ser. El alma es el producto espiritualizado del cuerpo.
Así como el alimento apropiado nutre al cuerpo en sentido material, así también la actividad del espíritu en el cuerpo denso que se manifiesta como rectitud, estimula el crecimiento del Alma Consciente. Así como las fuerzas solares circulan y obran en el cuerpo vital y lo nutren, de manera que pueda actuar en el cuerpo denso, así también la memoria de las acciones hechas en el cuerpo denso ( los deseos, sentimientos y emociones del cuerpo de deseos y los pensamientos e ideas de la mente) producen el crecimiento del Alma Intelectual. De parecida manera los más elevados deseos y emociones del cuerpo de deseos forman el Alma Emocional.
El alma triple a su vez, aumenta la conciencia del triple espíritu.
El Alma Emocional , que es el extracto del cuerpo de deseos, aumenta la eficiencia del Espíritu Humano, que es la contraparte espiritual del cuerpo de deseos.
El Alma Intelectual aumenta el poder del Espíritu de Vida, porque el Alma Intelectual se extrae del cuerpo vital, que es la contraparte material del Espíritu de Vida.
El Alma Consciente aumenta la conciencia del Espíritu Divino, porque aquélla es el extracto del cuerpo denso, y este último es la contraparte del Espíritu Divino.

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