viernes, 25 de diciembre de 2015

Ley de Consecuencia



LEY DE CONSECUENCIA

La Ley de Consecuencia es la ley natural de justicia, la que decreta que aquello que el hombre siembra será lo que recoja.
Lo que somos, lo que tenemos, todas nuestras buenas cualidades, son el resultado de nuestra labor del pasado; y de ahí nuestros talentos. 
Lo que nos falta, física, moral o mentalmente, es debido a no haber aprovechado ciertas oportunidades, del pasado o a no haberse presentado éstas, pero alguna vez, en alguna parte, se nos presentarán otras y recuperaremos lo perdido. 
En cuanto a nuestras obligaciones y deudas con los demás, la ley de consecuencia también se ocupa de ello. Lo que no pudo liquidarse en una vida, pasará a las futuras.  
La muerte no cancela nuestras obligaciones, así como no por irnos a otra ciudad pagamos las deudas que teníamos aquí. La ley del renacimiento suministra un nuevo alrededor-ambiente pero en él están antiguos enemigos. Y los conocemos a veces, porque cuando nos encontramos a algunas personas por vez primera, sentimos como si la hubiéramos conocido toda la vida.
Esto es debido a que el Ego rompe el velo de la carne y reconoce a un antiguo amigo.
Cuando por el contrario, nos encontramos con una persona que nos inspira temor o repugnancia, es un mensaje de nuestro Ego, que nos advierte contra un enemigo de antaño. " Ley de consecuencia, o ley de causa y efecto, está operando continuamente.
Desde el momento del nacimiento, las fuerzas que fueron puestas en acción en vidas precedentes y que todavía no están agotadas, empiezan a operar en el niño y sus vehículos. Todos los antiguos amores y odios suben a la superficie. Antiguos enemigos se presentan, para que el Ego pueda elaborar su destino con ellos y transformarlos en amigos. Anteriores amigos ayudan al Ego trabajando con él en provecho mutuo. 
Así nos acercamos, lenta, pero irresistiblemente, a la época da la amistad universal. Por medio de la ley de consecuencia, el hombre aprende que cada acto tiene su correspondiente responsabilidad, y que cada fuerza que él pone en movimiento, tiene que tener su correspondiente efecto. 
Si por negligencia o egoísmo, causa sufrimientos o pérdidas a otros, la ley de consecuencia le traerá fatalmente condiciones semejantes en fecha más remota, y así comprenderá la injusticia de obrar de esta manera. Si no hace caso de la lección, la naturaleza le deparará cada vez más duras experiencias, hasta que finalmente haga el esfuerzo necesario y obtenga entonces el poder del dominio sobre sí mismo. 
Las enseñanzas ocultas respecto a la vida, que basa su solución sobre las inseparables leyes de consecuencia y del renacimiento, son simplemente que el mundo en torno nuestro no es más que una escuela de experiencia; que así como enviamos al niño a la escuela día tras día, y año tras año, para que vaya aprendiendo más y más, conforme va adelantando por los diferentes grados de la escuela hasta la universidad; así también el Ego del hombre, como hijo del Padre, va a la escuela de la vida un día y otro. Pero en esa vida más grande del Ego, cada día de escuela es una vida terrestre y la noche que transcurre entre dos días de escuela del niño corresponde al sueño después de la muerte en la vida más grande del Ego humano, el espíritu del hombre. 
En una escuela hay muchos grados
Los niños mayores que han asistido mucho tiempo a la escuela tienen que aprender lecciones muy diferentes de las que aprenden los niñitos que asisten al "jardín de infantes". Así también, en la escuela de la vida, los que ocupan elevadas, posiciones, estando dotados de grandes facultades, son nuestros Hermanos Mayores, y los salvajes son los que asisten a las clases inferiores apenas.
Lo que ellos son, lo hemos sido y todos llegarán a un tiempo a un punto tal en el que serán más sabios que el más sabio que ahora conozcamos. Si los actos que ejecutamos son constructivos y respetuosos para con los derechos de los demás, entonces en la vida futura naceremos bajo condiciones que nos traerán éxito y felicidad. Si al contrario, cedemos el paso a nuestras pasiones, sin consideración de los demás, o si somos insolentes y descuidados, seguramente renaceremos bajo condiciones y entre gentes que harán que nuestras vidas sean un fracaso, y que nos acarrearán muchas calamidades. 
Por estos fracasos, sin embargo, aprenderemos dónde nos habíamos equivocado en las vidas precedentes, y sabremos lo que es necesario que hagamos, para remediar lo pasado.
Entonces, aplicando nuestra voluntad a la solución del problema, obtendremos éxito, y la Ley de Consecuencia, desde aquel momento, trabajará, en favor de nosotros, en vez de hacerlo en contra.

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