miércoles, 30 de diciembre de 2015

Renacimiento



RENACIMIENTO

La ley del Renacimiento enseña que cada alma es una parte integrante de Dios, y que está desarrollando todas las posibilidades divinas, así como la semilla desarrolla una planta; que por medio de existencias repetidas en un cuerpo terrestre, que va mejorando de calidad gradualmente, esas posibilidades latentes se van desarrollando en poderes dinámicos; que nadie se pierde por este proceso, pues toda la humanidad alcanzará la meta de la perfección y reunión con Dios. 
La ley del Renacimiento que afirma la encarnación repetida en vehículos de creciente perfección, está de perfecto acuerdo con la evolución y los fenómenos de la Naturaleza. Mirando la vida desde el punto de vista ético, encontramos que la ley del Renacimiento junto con la de Consecuencia, su compañera, es la única teoría que satisface la justicia y está, en armonía con los hechos de la vida que vemos en torno nuestro. 
Si la ley de Causa y Efecto es verdadera, entonces el Renacimiento periódico es una consecuencia lógica de absoluta necesidad. Así, pues, tanto si lo comprendemos o no, tanto si nos agrada como si nos desagrada, estamos encerrados dentro de un círculo y debido a nuestras propias acciones del pasado, constreñidos a que éstas accionen y reaccionen sobre nosotros hasta que desarrollemos una fuerza superior a la que ahora nos está sojuzgando. Nosotros, pues, no estamos aquí por el capricho de Dios. 
Él no nos ha colocado a unos en un jardín y a otros en un desierto, ni tampoco ha dado a éstos un cuerpo saludable de modo que puedan vivir libres de dolores y enfermedades, mientras que a aquellos les ha colocado en tan mísero estado que nunca se ven libres del dolor; sino que lo que somos, lo somos debido a nuestra diligencia o negligencia, y lo que seamos en el futuro depende de lo que nosotros queramos ser y no del capricho de Dios o dé un destino inexorable. 
No importa cuales sean las circunstancias, estriba en nosotros mismos el dominarlas o ser dominados por ellas, a nuestra voluntad. Por consiguiente, la enseñanza rosacruz dice que nacemos en el lugar más apropiado para nosotros, de acuerdo con las experiencias obtenidas en nuestras vidas anteriores, y que en todos los casos, sin excepción, obtenemos justamente lo que merecemos; y que todas las experiencias que se ponen ante nosotros son precisamente las que necesitamos y las que nos dan el ímpetu apropiado para el próximo paso de desenvolvimiento. Para obtener desarrollo, es necesario para el Ego renacer en un cuerpo físico muchas veces. 
Cuando toda la experiencia de cualquier vida ha sido asimilada espiritualmente en los mundos superiores, el espíritu nota el impulso de alcanzar nuevas experiencias, y este deseo le empuja irresistiblemente a la reencarnación. Nuestro saber respecto a la reencarnación, no queda limitado a la especulación. 
La reencarnación es uno de los primeros hechos concretos demostrados a los alumnos de la Escuela de Misterios. Se les enseña a observar a un niño en el acto de morir; luego a seguir a este niño a través del mundo invisible, día por día, hasta que llega a la reencarnación dentro del período de pocos años. Después de haber hecho esto, el alumno sabe con certeza absoluta que la reencarnación es un hecho y no solamente una teoría metafísica.


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