martes, 5 de enero de 2016

¿Por qué mueren los niños?



PREGUNTA Nº 51:  ¿Por qué mueren los niños?

Respuesta: Hay muchas causas que producen la muerte de los niños. Daremos solamente algunas de las principales. En primer lugar, cuando un Ego vuelve a la vida terrestre, se dirige hacia cierta familia porque allí puede obtener el alrededor ambiente necesario calculado para su progreso futuro, y en el cual podrá liquidar determinada cantidad del destino que generó en sus vidas anteriores. Entonces, si los padres hacen cambios muy radicales en sus vidas de manera tal que el Ego ya no pueda obtener esas experiencias o liquidar ese destino, el Ego se retira y se dirige a otra parte donde pueda conseguir las condiciones necesarias para su crecimiento. O puede sólo retirarse por algunos años y renacer en la misma familia si ve que las condiciones requeridas podrán obtenerse posteriormente. Pero hay una causa que es la que produce especialmente la mortalidad infantil, y que se pone en movimiento con mucha anterioridad, es decir, en las vidas anteriores, y para comprenderla es necesario saber algo de lo que ocurre al morir y de lo que sucede inmediatamente después.
Cuando un espíritu abandona el cuerpo se lleva consigo el cuerpo de deseos, la mente y el cuerpo vital, siendo este ultimo el que tiene las imágenes de la vida pasada. Estas imágenes se imprimen entonces en el cuerpo de deseos durante los tres días y medio inmediatamente siguientes a la muerte, y el cuerpo de deseos se convierte así en el árbitro del destino del hombre en el Purgatorio y en el Primer Cielo. El dolor producido por la purificación del mal y el gozo causado por la contemplación del bien de la vida pasada se llevan a la vida subsiguiente como conciencia, la que impedirá que el hombre perpetúe los errores de sus vidas pasadas y lo impulsará en cambio a ejecutar lo que le produjo felicidad con más abundancia.
Cuando las personas próximas al agonizante que asisten a su muerte dan rienda suelta a sus
lamentaciones histéricas cuando el espíritu se encuentra en el gran trance, y siguen lamentándose durante los siguientes días, el espíritu que durante ese intervalo se encuentra en estrecho contacto con el Mundo Físico se conmoverá muchísimo por el dolor de sus seres queridos, y no podrá fijar su atención convenientemente en la contemplación de su vida pasada, así que la impresión producida en el cuerpo de deseos no es tan profunda como la que se habría hecho si el espíritu hubiera permanecido en paz y tranquilo. Por consiguiente, los sufrimientos en el Purgatorio no serán tan agudos ni los placeres en el Primer Cielo tan intensos, y cuando el Ego vuelva a la Tierra habrá perdido parte de la experiencia de su vida anterior. Es decir, la voz de su conciencia no hablará con tanta claridad como hubiera hablado si el Ego hubiera pasado al más allá sin verse molestado por esas lamentaciones.
Con objeto de compensar ese inconveniente, el Ego renace generalmente en la misma familia que tanto lo lamentó, y muere en los primeros años de su infancia. Entonces entra en el Mundo del Deseo pero por supuesto un niño que no ha cometido pecados no necesita ir al Purgatorio, y su cuerpo de deseos así como la mente permanecen intactos; va, pues, directamente al Primer Cielo para esperar allí la oportunidad de un nuevo renacimiento, pero ese intervalo de espera se emplea como escuela, para enseñarle directamente el efecto de las diferentes emocione s malas y buenas. Muy a menudo se encuentran con algún miembro de su familia, quien toma al niño a su cargo, tomándose el trabajo de enseñarle lo que dejó de aprender debido a las lamentaciones, y si ese pariente no existe otro cualquiera se hace cargo de él. De cualquier manera la pérdida es más que recuperada, así que cuando el niño vuelve a nacer tiene un crecimiento moral tan completo como si hubiera muerto en las circunstancias ordinarias sin que se hubieran producido las tales lamentaciones.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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