lunes, 15 de febrero de 2016

¿Es absolutamente necesario vivir una vida de ascetismo con objeto de espiritualizarse y obtener poderes psíquicos?


PREGUNTA Nº 138:  ¿Es absolutamente necesario vivir una vida de ascetismo con objeto de espiritualizarse y obtener poderes psíquicos?

Respuesta: Eso depende de lo que el preguntante entienda por ascetismo. Algunos orientales se acuestan sobre una tabla llena de puntas afiladas y dan vueltas sobre ella para mortificar la carne, o se dan latigazos, o maceran su cuerpo de varias maneras para llegar a la realización de los poderes espirituales. Eso, seguramente, no es conveniente. Podrán así convertirse en clarividentes, pero esas prácticas son tan reprensibles como transitorios son los efectos obtenidos por los cristales, las drogas u otros métodos semejantes.
Debemos comprender que este cuerpo físico es nuestro instrumento más valioso y que es nuestro deber prestarle todos los cuidados razonables que sean conducentes a la salud y al bienestar. Ningún poder que maltrate nuestro cuerpo es de clase elevada, y, por consiguiente, ni es bueno ni completamente eficiente.
Pero algunas personas creen que el ascetismo es ‘vivir una vida pura e inmaculada”.
Quieren poderes espirituales sin sacrificar sus propensiones animales; desean volar sobre las nubes a voluntad, mientras que otras veces exigen la libertad de meterse en el barro.
Quieren continuar alimentándose con alimentos groseros, atracarse de carne, alcohol y tabaco, ser indulgentes con sus pasiones y deseos sensuales en todo sentido, y al mismo tiempo quieren poderes espirituales.
Eso no puede hacerse. Nuestros cuerpos son nuestras herramientas. Un buen obrero aprecia debidamente el valor de sus buenas herramientas y las conserva en el mejor estado posible:
afiladas y limpias. Cuando nuestros sentidos han quedado entorpecidos por el alcohol y el tabaco, cuando el sistema se ve obligado a ejercer toda su energía para digerir o eliminar groseros alimentos, ¿puede esperarse que el hombre sea sensitivo? No podemos servir a Dios y al diablo: la elección es nuestra. Si queremos poderes espirituales deberemos pagar su precio, que es una vida inmaculada; debemos dar a nuestros cuerpos alimentos puros y sujetarnos a las reglas de la vida sencilla; debemos abstenernos de todo cuanto entorpezca los sentidos: alcohol, tabaco y otras cosas semejantes. Si a eso se le llama “una vida ascética”, el ascetismo es entonces absolutamente necesario.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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