miércoles, 24 de febrero de 2016

Se recuerdan casos de ciertos individuos que han desarrollado poder espiritual, clarividencia, sexto sentido o como quiera llamárselo, viviendo una vida pura en armonía con las leyes de la Naturaleza



PREGUNTA Nº 147:  Se recuerdan casos de ciertos individuos que han desarrollado poder espiritual, clarividencia, sexto sentido o como quiera llamárselo, viviendo una vida pura en armonía con las leyes de la Naturaleza, y las enseñanzas del ocultismo moderno llenas de términos técnicos ¿no tienen cierta tendencia a producir confusiones más bien que a producir los resultados deseados?

Respuesta: En todos los casos el sendero de realización depende del temperamento del aspirante. Hay dos senderos: el místico y el intelectual. El místico carece generalmente de conocimientos intelectuales; sigue los dictados de su corazón y trata de cumplir la voluntad de Dios tal como él la siente, elevándose así inconsciente de una meta definida, pero al final alcanza el conocimiento. En la Edad Media la gente no era tan intelectual como lo es actualmente, y los que entonces se sentían llamados a la vida superior seguían generalmente el sendero místico. Pero durante los últimos centenares de años, desde el advenimiento de la ciencia moderna, una humanidad más intelectual ha poblado la tierra; la cabeza ha aplastado completamente al corazón, el materialismo ha dominado todos los impulsos espirituales y la mayoría de los hombres que no creen en nada que no puedan tocar, gustar o manipular. Por consiguiente, es necesario hacer un llamado a su intelecto para que así permitan a su corazón creer lo que el intelecto ha sancionado. Respondiendo a esta necesidad los sistemas modernos de ocultismo tratan de correlacionar los hechos científicos a las verdades espirituales. En el Occidente predomina, por supuesto, la actitud materialista de la mente, y la Orden de los Rosacruces fue fundada en el siglo XIII para preparar un antídoto contra el veneno del materialismo, antídoto que sería administrado por dosis según fueran las exigencias del caso. Paracelso, Comenius, Heltmont, Bacón y otros dieron en forma velada las mismas enseñanzas que actualmente se promulgan definidamente para demostrar que la ciencia, el arte y la religión son una trinidad en unidad que no pueden ser separadas sin producir deformaciones.
La verdadera Religión encierra la ciencia y el arte a la vez porque enseña una vida hermosa en armonía con las Leyes de la Naturaleza.
La verdadera Ciencia es artística y religiosa en el sentido más ele vado, porque nos enseña a
reverenciar y conformarnos a las leyes que gobiernan nuestro bienestar y explica por qué la vida religiosa conduce a la salud y a la belleza.
El verdadero Arte es tan educador como la ciencia y tan perfeccionante en su influencia como la religión. En la arquitectura tenemos la más sublime presentación de las líneas cósmicas de fuerza del universo. Llena al espiritualista de una profunda y poderosa devoción y de una adoración nacida de una concepción inspiradora y de la abrumadora grandeza y majestad de Dios. La escultura y la pintura, la música y la literatura nos llenan de una sensación del amor trascendental de Dios, la fuente y la meta inmutable de todo cuanto hay de hermoso en este mundo.
Nada menor que esa enseñanza que todo lo abarca puede satisfacer las necesidades de un pueblo creciente y, por consiguiente, la religión técnico devocional es absolutamente necesaria actualmente.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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