miércoles, 9 de marzo de 2016

¿En qué forma puede estarse en buena relación con Saturno?


PREGUNTA Nº 161: ¿En qué forma puede estarse en buena relación con Saturno? El preguntante ha estado bajo su influencia toda su vida. Las enfermedades, pobreza, pérdida de herencias y accidentes son suficientemente malos; pero, ¿puede Saturno causar también
perturbaciones espirituales? ¿Puede oponer barreras a nuestro desenvolvimiento cuando nuestro espíritu está luchando por el bien? ¿Nos libertamos de su influencia al morir?

Respuesta: Los astrólogos materialistas hablan de Urano, Saturno y Marte como maléficos, mientras que a Venus y Júpiter les dan el calificativo de benéficos. En el reino de Dios nada hay malo. Lo que parece serlo no es más bien que un bien en gestación. Tampoco debe creerse que las influencias, de cualquier planeta que sea, tienden a obstaculizar al hombre.
Hemos venido a este mundo con objeto de obtener ciertas experiencias necesarias para nuestro desarrollo espiritual, y cuando tratemos de comprender las influencias estelares encontraremos que son factores potentísimos para ayudarnos a obtener dicha experiencia.
Saturno es el depurador. Cuando nos hemos apartado del sendero de la rectitud con pertinacia, no se nos permite continuar en el mal, porque Saturno viene para detenernos.
Quizás nos ha tocado una herencia y la malgastamos y derrochamos en todo sentido. Al hacerlo así abusamos también de nuestro cuerpo. Entonces viene un aspecto de Saturno, una enfermedad, y caemos en cama.
Nos vemos obligados a sujetamos a una dieta y a dar reposo a nuestro organismo, siendo el
resultado que, cuando nos levantamos, somos un nuevo hombre. Pero la pregunta es: ¿hemos aprendido nuestra lección? Durante nuestro reposo hemos tenido tiempo para meditar sobre la vida que hemos llevado. ¿Hemos analizado nuestra vida, de manera que comprendamos la causa que nos ha hecho caer? En caso afirmativo, hemos aprovechado la lección, porque entonces sabremos cómo obrar mejor, evitando aquello que puede causar enfermedad en el futuro. O cuando hemos derrochado nuestra herencia, nos encontramos con los bolsillos vacíos en la calle. Quizás no tengamos a dónde acudir pidiendo auxilio; entonces nos vemos obligados a pensar y abrirnos un camino por nosotros mismos.
Nuestros talentos fueron inútiles cuando derrochábamos el dinero. En la pobreza tenemos que explotarlos, que emplearlos para realizar nuestra parte en la obra del mundo. Habremos perdido nuestra herencia, pero el mundo ha ganado un trabajador, y si hemos aprendido nuestra lección en esa forma entonces la influencia de Saturno ha sido más bien una bendición y una fortuna.
Y así sucede con todo cuanto en el horóscopo pueda parecer malo. Además, cuanto más nos
desarrollemos espiritualmente tanto menos nos afectarán adversamente esos planetas o aspectos llamados maléficos. Saturno no ocasionará desastres al hombre espiritual, sino persistencia; no enfermedades, sino fortaleza; y de esta manera, conformándonos a las leyes
de la Naturaleza, viviendo nuestras vidas en armonía con los astros, somos sus dueños y modificamos nuestras vidas a voluntad.
La mayor parte de la humanidad es arrastrada por el flujo de acuerdo con las tendencias que les han inculcado las influencias estelares. Por consiguiente, el astrólogo puede predecir qué es lo que harán con maravillosa exactitud. Pero cuanto más vive el hombre la vida espiritual tanto más se convierte en un factor que debe tenerse en cuenta, y las predicciones del astrólogo fracasarán en proporción directa a su realización espiritual.
Los astros son nuestros auxiliares evolutivos. No son cuerpos muertos de materia, sino los cuerpos vibrantes y vivientes de grandes inteligencias espirituales, que en la religión cristiana se llaman los Siete Espíritus ante el trono. Conforme cambiamos cambia también su influencia sobre nosotros, pero no escapamos a su influencia por el simple incidente de morirnos.
Cuando la aurora de una nueva vida se levante, surgiremos con un nuevo horóscopo; y si hemos intentado desarrollarnos espiritualmente para aprender las lecciones que los Ángeles Planetarios trataron de enseñarnos en las vidas pasadas, tendremos nuevos aspectos y posiciones planetarias que nos ayudarán en el sendero de la evolución. Por otra parte, “si hemos dado coses contra el aguijón” en una vida anterior, veremos que los tornillos han sido apretados un poco más, que hemos sido colocados bajo influencias un poco más fuertes, de manera que, al fin, tendremos que aprender la lección necesaria. Y cuando más pronto lo hagamos tanto mejor.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO


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