martes, 6 de septiembre de 2016

La influencia de los Planetas regentes afligidos



LA INFLUENCIA DE LOS PLANETAS REGENTES AFLIGIDOS

Cuando el regente de la vida está afligido por una conjunción paralelo, cuadratura u oposición de los otros planetas, especialmente por los maléficos — Saturno, Marte, Urano y Neptuno — afectan a la vida de manera hostil, lo cual puede ser determinada como sigue.

El Sol como planeta regente. Cuando el cobarde y arrogante Sol es el regente de la vida y está afligido, las personas nacidas bajo su influencia debilitadora son egotistas en extremo, llenas de fanfarronería, pagadas de sí mismas y arrogantes. Si tienen autoridad sobre cualquier otro, el cual es tímido, ellas le mandarán con vara de hierro, pisotearán sus delicados sentimientos sin el menor asomo de conmiseración ni de conciencia; pero sí, por otra parte, caen bajo la autoridad de algún otro, estos déspotas se convertirán en unos encanijados, sin espina dorsal a fuerza de inclinarse, que adularán, se arrastrarán y acatarán hasta el menor capricho de su patrono aunque le odien con un intenso rencor que únicamente está contenido por su miedo. Estas personas gimen y adulan con el miedo más cerval, aunque dispuestas a saltar y a devorar a quien las manda si estuviera en su poder. Ésta es la característica de uno de los caracteres más viles de la gama planetaria.

Venus como planeta regente. Cuando el desaliñado, el indolente y perezoso Venus es el regente del horóscopo y está afligido, las personas son sensuales y libertinas, sucias y desaliñadas, de gustos depravados, pervertidas y de conducta despreciable; son, en efecto, parásitos sociales. Usan un lenguaje obsceno y ruidoso y son apasionados de la música de naturaleza desagradable y chillona. Aman la jarana y los vicios, y sus afecciones se expresan en pasiones lujuriosas, groseras y sin freno, siendo amantes del amor libre y de la perversión moral. Se solazan con los vicios y visten con colores chillones, con adornos, exagerados y lentejuelas, con joyas de bisutería y de imitación, que no tienen valor alguno.

Mercurio como planeta regente. Cuando el embustero, deshonesto y zafio Mercurio es el regente de la vida y está afligido, las personas nacidas bajo su influencia están bien enteramente desequilibradas mentalmente, de modo que tienen que ser recluidas por su propio bienestar en instituciones adecuadas, o bien son astutos que tienen la capacidad de ocultar su estado mental y viven de la sociedad como ladrones, carteristas, salteadores y criminales de naturaleza semejante. Son notoriamente embusteros y prefieren el dar malas direcciones a los demás a decir la verdad, aún en el caso de que sea beneficioso para ellos. Son ya de la comprensión más roma o de una astucia tan consumada que parece que están impelidos por una fuerza irresistible para defraudar a la persona más sencilla e incauta. Sobresalen como personas de confianza, como correveidiles y semejantes ocupaciones indignas e insubstanciales. Son totalmente indignos de confianza y deshonestos en todas sus relaciones; neuróticos y pervertidos, en fin, piltrafas de la sociedad. Estas personas son también habladores empedernidos y listos siempre para criticar calumniar o manchar la reputación de los demás. En resumen, son una amenaza para la sociedad en todas sus actividades.

La Luna como planeta regente. Cuando la voluble y visionaria Luna es la regente de la vida y está afligida, hace a las personas extremadamente inquietas, con aversiones al trabajo de cualquier clase, les gusta estar siempre de mudanza y si no pueden viajar de una ciudad a otra, se mudan de casa en casa y de una ocupación a otra, tan pronto como les es posible, pretendiendo infundir su misma impaciencia en todos aquéllos con quienes se ponen en contacto. Si las aflicciones son muy severas, la mente sufre y sus fases mentales coinciden con los cambios del luminar de la noche.

Saturno como planeta regente. Cuando el mórbido, melancólico y malicioso Saturno es el regente de la vida y está afligido, roba a la vida toda su alegría y brillantez, de modo que estas personas se convierten en reclusos y misántropos melancólicos tan miserables y avariciosos que se someterán a sí mismos a la privación hasta del alimento y de todas las comodidades de la vida, aún cuando tengan medios más que suficientes para satisfacerlas. Son crueles, duros y suspicaces de los actos de los demás, y si eligen un trabajo como detectives se convierten en hurones humanos, perros de presa que la conservarán hasta la muerte y se deleitarán con su ruina. Si alguna persona defrauda a semejante gente, mantendrán rencor para siempre y procurarán vengarse aunque para ello tengan que estar madurando la venganza durante toda su vida. Pero el final de estas personas es siempre malo; de algún modo o de otro se exceden a sí mismas y caen en las trampas que habían puesto para los demás. Generalmente mueren de una muerte innoble y el mundo siente un síntoma de tranquilidad cuando ellos mueren.

Júpiter como planeta regente. Cuando el indolente, altisonante y egotista Júpiter es el regente de la vida y está afligido, la persona es a menudo un parásito de la escala social, un jugador, un hombre de confianza y especulador, deportista, amigo de la ostentación y de la exhibición y siempre viste ropas de colorinches, diamantes de pasta y joyería barata. Se le encuentra generalmente en tabernas o bares, en los hipódromos o lugares semejantes, jugando a las cartas o a los caballos, los cuales son sus medios favoritos para ganarse la vida; son muy llamativos y egotistas, ansiosos de atraer la atención no importa el medio, y a menudo figuran en procesos judiciales debido a sus transacciones inconfesables o conducto inmoral, o por no pagar sus deudas, porque tales personas son unos adeptos de comprar todo lo que necesitan a crédito y de nunca pagarlo si tienen a su alcance algún medio para no satisfacer sus deudas. Entre las clases trabajadoras figuran generalmente como demagogos y agitadores, incitando a las huelgas y revueltas, pero siempre están dispuestos a venderse a los patronos y hacer fracasar tales huelgas. Los encontramos entre los patronos italianos típicos, como dependientes de confiterías y en ocupaciones semejantes.

Marte como planeta regente. Cuando el arrogante, egotista y temerario Marte es el regente de la vida y está afligido, la persona es un egoísta de la peor clase, dispuesta a alcanzar sus deseos por la fuerza o por la destrucción si otros medios fracasan; prefiriendo intimar a los demás a que hagan su voluntad antes bien que someterles sin esfuerzo. Son capataces de esclavos de primera clase, así como encargados de secciones de las brigadas de los ferrocarriles, de campos de construcción y de lugares semejantes, manifestándose como embusteros, brigantes, guapos y fanfarrones, o pugilistas; unos atrevidos a quienes gusta arriesgar su vida y la vida de los demás en cualquier momento y en cualquier empresa.

Urano como planeta regente. Cuando el tozudo, errabundo e independiente Urano es el regente de la vida y está afligido, la mentalidad de las personas está generalmente obsesionada en una dirección u otra y llegan a convertirse en fanáticos, y generalmente hay también una sensualidad excesiva y gustos pervertidos. Están siempre dispuestos y anhelan una ocasión o argumento para tomar pretexto para exteriorizar sus ideas; pero están tan hipnotizadas por sus propios extravíos y chifladuras que nunca se les puede convencer ni pueden ver tampoco cuándo su argumenta va en contra de sus opiniones. Siempre defienden y abogan por las ideas más radicales e inconvencionales.

Neptuno como planeta regente. Cuando el mediumnístico, neurótico e indulgente consigo mismo Neptuno es el regente de la vida y está afligido, las personas son de una naturaleza soñadora, neurótica y negativa, propensas a convertirse en médiums de espíritus desencarnados y aún de ser obsesionadas por ellos. Tienen muchas disposiciones para desenvolver fuerzas psíquicas de un grado bajo, tales como clarividencia involuntaria, de los que consultan en espejos el porvenir, etc., etc.; y si son incapaces de desarrollar estas facultades, a menudo simulan que poseen la mediumnidad y otros dones psíquicos con el deseo de defraudar y de embaucar a los demás. Tienen una fuerte facultad de imitación y se hacen fácilmente adeptos de la superchería.

del libro "El Mensaje de las Estrellas" 
de Augusta Foss de Heindel y Max Heindel


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