viernes, 9 de diciembre de 2016

La evolución de la religión


LECCIÓN VI
LA EVOLUCIÓN DE LA RELIGIÓN

El hombre y sus religiones han evolucionado juntamente en igual grado. La más remota religión de cualquier raza ha sido siempre tan salvaje como el pueblo gobernado por ella, pero a medida que los pueblos se civilizan, sus religiones se hacen más y más humanas y en armonía con ideales más elevados. La ley del cuerpo es posible que sea la supervivencia de los más aptos, pero la ley de la evolución del espíritu exige el sacrificio. Es evidente que todo lo que empuja al hombre hacia una más elevada norma de conducta respecto de los demás hombres, tiene que proceder de dentro. Nadie negará que semejante fuerza existe aunque no sea siempre comprendida. El egoísmo es reemplazado, lenta pero seguramente, por el altruismo. En el pecho de todo ser humano, la fuerza altruista de Cristo obra como un fermento. Gradualmente transformará al salvaje en un hombre civilizado, y con el tiempo, a este último en un dios.

Los grados de ascenso del hombre a Dios son cuatro. Primeramente, sin darse cuenta, el hombre fue sometido a la influencia de los altos Seres, quienes guiaban su primitiva evolución. Después él fue colocado bajo el gobierno de mensajeros divinos o reyes a los que él podía ver, y cuyas órdenes tuvo que acatar. Luego se le enseñó que había de someterse a las leyes de un Dios al que no pudo ver, y finalmente tiene que aprender a ser superior a las órdenes; a ser su propia ley, y por medio de la conquista de su propio ser, de vivir en armonía con las leyes de la naturaleza, que son las leyes de Dios.

La religión de raza era aquella que fue preciso desarrollar en primer lugar; ella fue dada al hombre por el Dios o el Espíritu de la Raza. Esta religión inculcaba cierto grado de altruismo por medio de sacrificios, y por lo cual el Espíritu de la Raza se convertía en protector y conservador de su pueblo. El judaísmo, el Taoísmo, el Confusionismo y otros semejantes son religiones de raza.

Los Espíritus de Raza son arcángeles que están elaborando así una fase de su evolución. Las religiones de raza son religiones de separación, y todas inculcan tendencias egoístas a costa de otras razas, porque en este grado de desarrollo la humanidad aprende mejor sus lecciones por medios de separación. El patriotismo es el principio esencial del Espíritu de Raza. Pero, si la “unidad fundamental de cada uno con todos” y una era de amor se han de realizar alguna vez, las religiones de raza deben ser reemplazadas por una más universal, como la religión cristiana.

Hubo varias religiones anteriores al cristianismo que enseñaban la reencarnación y la Ley de Consecuencia, pero con el advenimiento de Cristo ya no fue necesario para el progreso humano que el hombre conozca la doctrina de la reencarnación. Por esta razón vemos que la religión cristiana, tal como es enseñada públicamente, no incluye esta doctrina, a pesar de que Cristo la enseñó a sus discípulos. El hombre estaba destinado a dominar al mundo material, y por este motivo debía olvidar durante algún tiempo el conocimiento de la reencarnación, el cual prevalece en Oriente, y pensar más bien en la vida actual como única vida terrestre, con el fin de que pueda concentrar todos sus esfuerzos sobre el progreso material.

Desde el punto de vista oculto, el esfuerzo misionero, sea de Oriente a Occidente o viceversa, generalmente no es deseable, por ser contrario al paso de la evolución. El trabajo de los misioneros fomenta los intereses de civilización y cultura hasta cierto punto por el intercambio de ideas y métodos entre distintas razas, pero desde el punto de vista religioso solo, no da grandes resultados. Generalmente cuando un ego está preparado para una religión avanzada, reencarna en un país donde esta religión prevalece. Los grandes conductores de la humanidad que están encargados de nuestro desarrollo, nos prestan toda la ayuda necesaria. Existen razones excelentes por las cuales la Biblia, conteniendo las doctrinas cristiana y judía, ha sido dada a los pueblos de Occidente. Era la Suprema Sabiduría la que nos dio esta religión doble, y ningún otro sistema es actualmente acomodado a nuestras necesidades especiales.

A medida que una clase de espíritus evoluciona, progresa de una raza a otra. La evolución marcha de Oriente a Occidente. Nosotros; de las naciones occidentales, ocupábamos en cierta época cuerpos de hindúes. Más tarde abandonamos aquellos cuerpos y nos pusimos a construir los cuerpos de las razas posteriores. Durante este proceso hemos sensibilizado nuestros vehículos en alto grado, y el cuerpo de las razas occidentales está vibrando en un grado bastante más elevado que el cuerpo del hindú.

Por esta razón los ejercicios respiratorios que el hindú emplea para elevar el grado de sus vibraciones, son desastrosos para el aspirante occidental, porque provocan una separación prematura de los éteres, lo que ocasiona a menudo tisis o locura.

La ciencia moderna ha sido de gran ayuda para dominar el mundo material, y ocupa su puesto legítimo como educadora de la raza humana. Pero cuando se divorcia de la religión y se hace enteramente materialista, resulta temporalmente una amenaza para la humanidad. Hubo un tiempo cuando religión, arte y ciencia estaban unidos y enseñados en las Escuelas de los Misterios, hasta en los tiempos de la antigua Grecia. 

Pero como el nuestro es el plano de la separación y especialización, han sido separadas intencionalmente durante cierto tiempo. A su debido tiempo serán unidas de nuevo, y entonces obtendremos perfecta satisfacción por medio del corazón, de la inteligencia y de los sentidos. El corazón gozará del aspecto devocional y ceremonial de la religión; la inteligencia hallará satisfacción en su aspecto científico, y la parte estética de nuestra naturaleza quedará satisfecha por el empleo del arte variado en el servicio de los templos del porvenir.

Cuando un hombre haya espiritualizado su ser bajo la influencia de la futura religión científica y artísticamente, habrá también aprendido el dominio sobre sí mismo y se habrá convertido en servidor altruista para todos los demás mortales. Entonces será un guardián seguro de la potencia de pensamiento. Será capaz de formar ideas correctas, las cuales podrá cristalizar inmediatamente en cosas útiles. Esto se realizará por medio de la laringe, que pronunciará la palabra creadora. Todas las cosas de la naturaleza fueron al principio precipitadas a la existencia por esta Palabra. (Jn. 1:1-3). El sonido, o el pensamiento hablado, será nuestra próxima fuerza de manifestación, una fuerza que nos convertirá en hombres-dioses, cuando gracias a la enseñanza que actualmente recibimos, nos hayamos puesto en condiciones para emplear tan hermoso poder para el bien de todos, y sin mirar a nuestro propio interés.

del libro Temas Rosacruces UNO
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


*

No hay comentarios:

Publicar un comentario