martes, 24 de enero de 2017

El Bazo



Capítulo III

EL BAZO

El bazo es la más voluminosa de las glándulas de secreción interna. Está localizada al final del lado izquierdo del estómago, entre este órgano y el diafragma. Es de la forma de una habichuela y tiene un color rojo azulado profundo. Pesa de cinco a seis onzas y tiene cerca de cinco pulgadas de longitud por tres pulgadas de anchura. Es blando, esponjoso y frágil. Normalmente, el bazo puede moverse dentro de ciertos limites; se mueve con la respiración del individuo. 

El bazo puede llegar a hipertrofiarse durante algunas enfermedades, tales como las fiebres tifoidea, paludismo y malaria, o bien durante una enfermedad del propio órgano tal como la leucemia (una afección en que los corpúsculos blancos de la sangre aumentan en número, acompañado de la dilatación del bazo mismo). El bazo llega a quedar hipertrofiado permanentemente durante una prolongada fiebre intermitente.

La dilatación del bazo en los niños es debida a menudo a la sífilis, y si esto ocurre a la edad de dos o tres meses es seguramente debido a esta enfermedad.

El bazo siempre se dilata durante la digestión. Esta glándula es alimentada por la arteria esplénica y sus venas desembocan en la vena porta que descarga su contenido en el hígado.

El bazo aparece en el embrión alrededor de la quinta semana como una condensación localizada del mesodermo u hoja media del embrión. Está casi por entero rodeado por la membrana del peritoneo, y está sostenido en su posición por dos pliegues de esta membrana. Está revestido por dos hojas diferentes: una húmeda membrana fibrosa externa y otra interna fibrosa-elástica. La membrana interna es delgada y lisa. La secreción del bazo se llama hemolisina y es la que controla la construcción de la sangre; ejerce también un extraordinario efecto estimulando el movimiento de los intestinos.

Casos de constipación crónica han sido curados con su uso. En el lado interior del bazo, en una depresión llamada “el Hilus”, las venas, nervios y g. linfáticos tienen su entrada y salida.

El bazo produce los corpúsculos blancos de la sangre, la abastece de hierro, tiene una fuerte influencia sobre el sistema nervioso (controla el fluido vital solar que atraviesa los nervios) y ayuda a la digestión tomando más esencia vital del Sol durante este proceso.

La extirpación del bazo no es fatal como sucede al extirpar las suprarrenales.
Después de su extirpación hay un hipercrecimiento de las glándulas linfáticas, las cuales toman a su cargo el trabajo físico suyo. El bazo etérico no decae simultáneamente con la amputación del bazo físico, sino que continúa su existencia y sostiene sus funciones vitales lo mismo que antes. El bazo es la entrada para la fuerza solar que vitaliza el cuerpo denso. Sin este elixir no es posible la vida. Desde el bazo, esta fuerza del Sol es enviada al plexo solar, donde se recoge el éter que ha sido extraído de la sangre y que, tan pronto como es extraído, fluye a lo largo del cordón plateado hacia el plexo solar donde el átomo simiente del cuerpo vital está localizado. Este átomo simiente parece tener el mismo efecto sobre el éter que el que tiene un prisma sobre la luz, porque el éter que fluye es refractado por él en tres colores primarios: rojo, amarillo y azul.

En la gente que vive una vida puramente física, el color rojo domina; pero a medida que el individuo avanza espiritualmente se hace notable el amarillo, y por último el azul. El rayo rojo se funde con la corriente solar que constantemente se precipita al plexo solar por el camino del bazo y es el agente que cambia el color del fluido solar en uno rosa pálido y da al cuerpo vital entero el matiz delicado color de la flor de melocotonero. Desde el plexo solar esta energía fluídica, fluye a lo largo de los filamentos que componen el sistema nervioso, y de esta manera permite a cada parte del cuerpo físico ser vigorizada a través de cada una de sus células con su fuerza vivificadora.

Cuando una persona se halla gozando de salud esta energía vital es especializada por el bazo y extraída de la sangre en tan grandes cantidades que no puede ser usada toda en el cuerpo y entonces se irradia al exterior a través de los poros de la piel en líneas o rayos rectos. 

Es la efusión de esta fuerza vital sobrante, irradiándose del cuerpo, la que arroja afuera los gases venenosos, los microbios enemigos y las materias gastadas y de esta manera ayuda a conservar el estado de salud del organismo físico. También previene contra los gérmenes de enfermedades que pululan en la atmósfera, evitando que entren en el vehículo denso. En esta forma sirve para el propósito más beneficioso, una vez que ha sido usada por el cuerpo y es devuelta a un estado de libertad.

El clarividente adiestrado observa frecuentemente una curiosa y pasmosa visión cuando contemplando las partes expuestas del cuerpo, tales como la cara y las manos, súbitamente ve que comienza a fluir de ellas una corriente de estrellas, cubos, pirámides y una variedad de otras figuras geométricas. Estas formas son átomos pertenecientes al éter químico que han servido su propósito en el cuerpo y están siendo expelidos a través de la piel. Cada figura flota fuera del individuo a corta distancia y entonces desaparece.
Su color es azul amatista.

Después de comer, la fuerza vital solar atraída por el bazo es consumida en grandes cantidades. Los dos éteres inferiores contienen la materia que las fuerzas naturales (espíritus de la naturaleza, los llamados muertos, espíritus Luciferes y Maestros de más altas Jerarquías creadoras) usan en la elaboración del alimento en el cuerpo físico.

Cuando la comida es pesada, la corriente del fluido vital que fluye del cuerpo es perceptiblemente disminuida y hace que entonces no se limpie el vehículo denso tan enteramente como cuando el alimento ha sido bien digerido, ni es tan potentemente resguardado de los gérmenes enemigos. Por eso una alimentación excesiva hace a una persona más predispuesta a coger resfriados y a caer enferma. Durante la mala salud, el bazo provee al cuerpo vital de muy poca energía solar, y en tales momentos el cuerpo denso parece nutrirse del cuerpo vital, a consecuencia de lo cual, este último se hace más transparente y disminuido en proporción al estado de extenuación denotado en el vehículo físico. Como las depurativas radiaciones vitales están casi enteramente ausentes durante las enfermedades, sobrevienen entonces complicaciones muy fácilmente.

Ordinariamente si alguna parte del cuerpo o algunos órganos son extirpados y no hay posteriormente ninguna función a ejecutar por la contraparte etérica, aquella parte del cuerpo vital va desintegrándose gradualmente; pero en el caso del bazo tal desintegración no tiene lugar, porque como antes hemos dicho, el bazo etérico tiene gran trabajo a realizar, y si el cuerpo físico ha de vivir, el molde debe permanecer intacto y continuar con su trabajo o sea la atracción de energía o fuerza solar para el vehículo denso vital, pero el cuerpo de deseos tiene un asidero en el bazo y produce allí los corpúsculos blancos. Los corpúsculos blancos de la sangre son destructores. El cuerpo de deseos usa la sangre para conducir estos pequeños destructores a través de todo el cuerpo físico. Ellos pasan a través de las paredes de las arterias y venas cuando cualquier daño los permeabiliza, y especialmente en momentos de gran ira; porque entonces el ímpetu de fuerzas en el cuerpo de deseos causa una hinchazón en las arterias y venas y ello abre el camino a los corpúsculos blancos para pasar a través de las delgadas paredes de estos dilatados vasos sanguíneos en el tejido del cuerpo afectado,
donde forman bases para las materias terrosas que matan el vehículo denso.

El cuerpo de deseos está constantemente destruyendo y estropeando el tejido físico, mientras constantemente lo construye el cuerpo vital, y ello ocasiona guerra entre los dos, de la que resulta la consciencia en el mundo físico. Las fuerzas etéricas del cuerpo vital actúan de tal forma que convierten el alimento en sangre, tanto como es posible y la sangre es el más elevado producto del cuerpo vital. Los corpúsculos rojos sanguíneos son como discos circulares cóncavos en ambos lados y no tienen núcleo.

Ellos distribuyen oxígeno a través del cuerpo. Los corpúsculos blancos son de forma irregular, tienen núcleos y están poseídos del poder del movimiento amiboide.

La manera que trabaja el cuerpo de deseos, en 1a formación de corpúsculos blancos sanguíneos en el bazo, es como sigue: Los malos pensamientos, el temor y la ira, se interponen con el poder de evaporación del bazo. El cuerpo de deseos aprovecha la oportunidad y forma una partícula de plasma, la viscosa materia de una célula animal, que se convierte en la base de un corpúsculo blanco. Esto es a su vez aprovechado por un pensamiento elemental, el cual forma un núcleo y se corporiza a sí mismo allí.

Entonces el elemental comienza a vivir una vida de destrucción, coligándose con los productos de desecho y debilitando todos los elementos dondequiera que los encuentra, convirtiendo así el cuerpo físico en un osario viviente en vez del templo de un espíritu individual. Cada corpúsculo blanco que así ha sido formado y poseído por una entidad exterior es para el espíritu una oportunidad perdida; y además de las oportunidades perdidas, existen en el cuerpo físico la pérdida del centro del Ego sobre dichos vehículos. Los corpúsculos blancos sanguíneos están siempre presentes en elevado número en todas las enfermedades.

Tipo personal: El bazo no forma un tipo personal, pero teniendo en cuenta el hecho de que él atrae una excesiva cantidad de fuerza solar durante la comida y la digestión, a fin de que el alimento ingerido pueda ser debidamente aprovechado, el comilón con su exceso de gordura y su cuerpo de movimientos pesados, puede posiblemente, ser considerado como el representante de un tipo personal de esta clase.

del libro Temas Rosacruces UNO 
 publicado por Estudiantes de la Fraternidad Rosacruz de Max Heindel


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